Darwin, operador de un reservorio en provincia, solía levantarse a las 4 de la mañana para abrir la válvula, cargar baldes de agua para preparar la solución madre y estar pendiente del llenado del reservorio para apagar la bomba hidráulica. Su día comenzaba con una gran carga de trabajo, y no siempre podía garantizar la eficiencia en cada tarea. Pero todo cambió cuando incorporó Constantino, el sistema automatizado que ahora se encarga de todo: desde el monitoreo en tiempo real hasta el control automático de las bombas y la dosificación de cloro. Hoy, Darwin disfruta de una gestión de agua eficiente, con menos esfuerzo y más tiempo para otras tareas, sabiendo que la calidad del agua está garantizada.